Lo han llevado a cabo de una forma súper creativa: lanzando una colección de libros ficticios, con títulos divertidos y ilustraciones  llenas de color (que casi da pena que esos libros no exitan). La campaña se vertebra en torno a cuatro ejes.
1) La búsqueda desesperada del libro perdido: donde recuerdan que hay que devolver los libros, tras una búsqueda o préstamo, en los lugares asignados para ello.

2) El abominable devoralibros: con el que nos piden que no subrayemos, doblemos las páginas, escribamos sobre el libro ni los estropeemos de ninguna manera.

3) El libro secuestrado: donde inciden en la necesidad de devolver el libro a tiempo .

4) Biblioteca sin ley: aquí recuerdan normas básicas de comportamiento dentro de la biblioteca como no hacer ruido ni molestar de ninguna manera a los demás usuarios.

Además de estos carteles (que están por todas las bibliotecas) abajo puedes ver un vídeo de la campaña, realizada por la agencia Soon in Tokyo. Las ilustraciones de los libros son de Carmen Segovia.